lunes, 24 de noviembre de 2008

Grooming: un delito que crece en Argentina y del que poco se sabe

Lo envia Fanny Friedl

Algunos de los casos pueden terminar en abuso sexual. Las edades de las víctimas oscilan entre los 13 y 16 años
Se trata del acoso paulatino a través de internet en el que el acosador se hace pasar por adolescente para ganarse la confianza de su víctima y así incitarla a realizar juegos que comprometen su intimidad sexual

Posadas. En la actualidad, las diferentes herramientas tecnológicas de comunicación (Internet, web cam, cámaras digitales y celulares) han dado lugar a nuevas formas de cometer delitos. Entre estos, el que más creció en Argentina, al menos en los últimos meses, es el cyberacoso sexual, también conocido como “grooming”.El grooming es el acoso paulatino, vía Internet, por parte de un abusador que se hace pasar por un menor o adolescente para acercarse y ganar la confianza de su víctima.Para ello, comúnmente, el victimario ingresa a los fotolog (sitio web en el que los usuarios suben fotografías y arman sus propios blogs, donde muestran sus perfiles -nombre, edad, gustos, hobbies-, y se comunican con sus pares-). Una vez que eligió a su víctima entabla una relación hasta ganarse su confianza de manera tal que puedan comunicarse mediante el Messenger.Una vez que el delincuente informático consiguió que el adolescente lo acepte en su lista de contactos, comienza a insertar contenidos sexuales en las conversaciones hasta que el menor accede a realizar ciertos “juegos” con prendas que comprometen cada vez la intimidad del acosado.Según los profesionales, uno de los más comunes es cuando el victimario le propone al chico un juego de preguntas y respuestas en el que por cada contestación fallida deberá realizar una prenda. De esta manera, el abusador va accediendo paulatinamente a la parte física del adolescente hasta lograr de manera encubierta que el chico se saque una prenda de vestir delante de la webcam.Según los especialistas, esta clase de delito puede terminar en un abuso sexual, ya que en un determinado momento el acosador pone en conocimiento de la víctima que cuenta con materiales comprometedores para su persona, con lo cual si no accede a determinados pedidos que pueden consistir en continuar exhibiéndose delante de las cámaras, como propiciar un encuentro personal o de lo contrario esas filmaciones serán exhibidas a sus padres.Enfoque médicoAcerca de este nuevo delito informático, El Territorio dialogó con el licenciado en Psicología Víctor Giménez, quien explicó los tres conceptos que se deben tener en cuenta.El primero de ellos es el de prevención. En este punto el especialista destaca que para comenzar, el Estado debe comprometerse activamente en legislar esta nueva forma delictiva que “en algunos casos podríamos calificar como proxenetas informáticos a estos abusadores” ya que no siempre usan los materiales con fines privados y pervertidos sino que muchas veces suben las imágenes a la red para comercializarlas.Por otra parte, Giménez explicó que otra manera de prevenir en cierta forma el cyberabuso es organizar talleres (motorizados por el Estado o alguna organización de salud) que eduque a los padres sobre la herramienta que ponen a disposición de sus hijos.Si bien la brecha generacional hace que algunos padres parezcan distantes de poder entender ese instrumento informático, no hace falta que manejen el mecanismo minuciosamente, sí que sepan los alcances y las limitaciones que debe tener un niño frente a ese dispositivo moderno y tecnológico con que cuenta actualmente.También ayudarlos a que comprendan menos prejuiciosamente esta nueva forma de comunicación, “ya que si de alguna manera permiten Internet en la casa deben también tener responsabilidad sobre lo que están consintiendo. Si van a permitir tener Internet deben por lo menos tener conciencia de los riesgos, alcances, posibilidades; sin dejar de lado las cosas positivas a las que se puede acceder a través de esa herramienta”, señaló el profesional.El facultativo subrayó, además, que al ser la computadora una herramienta familiar, es recomendable que esté ubicada en un lugar transitable por todos los miembros de la casa, porque al estar en la habitación del chico es más factible que se sienta libre de entrar en un juego que normalmente se inicia de manera misteriosa llevado por la curiosidad, la inexperiencia y el desconocimiento.Además, Giménez recalcó que es fundamental “abrir el diálogo sobre ese tema con los hijos”.Alerta: ¿Cómo detectar los primeros síntomas?En el diagnóstico, la primera etapa es la detección y esta comienza generalmente en el hogar.Los primeros síntomas que los padres pueden percibir es que los niños, o niñas, cambien repentinamente, exponiendo trastornos de conducta, emocionales, ciertos resquemores o recelos que antes no se observaban y que no tienen justificación en otros problemas.Uno de los cambios de conducta más habituales es el recelo de su privacidad en situaciones de comunicación en red. Giménez explicó que si bien puede tratarse de algo natural en los adolescentes por su etapa de crecimiento, no se debe descartar otras posibilidades.Asimismo, el licenciado remarcó que en caso de que el diálogo con el niño, por diferentes motivos, no se pueda concretar, los padres recurran a un profesional, en este caso a un psicoterapeuta especializado en niños para que determine las causas que están provocando las alteraciones en el menor.La ayudaEl psicólogo consultado manifestó que si bien en los distintos casos de abuso el tratamiento depende de la especificidad del individuo, una de las pautas generales para ayudar al niño es “evitar que se sienta culpable de la situación que le toca vivir y hacerle comprender que es una víctima”.Y mediante el tratamiento, generar la restauración de la confianza entre el pequeño, el medio informático y su familia, es decir que el trauma “no impida al niño volver a usar la computadora”, señaló Giménez.Finalmente el profesional explicó que cuando el niño se percata de lo que sucede, cambia su relación con el acosador y éste lo percibe, por lo que es muy probable que rompa el vínculo con el niño, cambie de dirección y formas de acceso ya que se siente en peligro. “Por eso es fundamental la detección del problema y la correspondiente denuncia”, aunque normalmente se da sobre el hecho consumado, concluyó el médico.Proyectos en el SenadoAlertado por esta nueva forma de delito informático y luego del Primer Debate sobre el grooming en el Congreso de la Nación, realizado en octubre pasado, el diputado nacional Miguel Ángel Iturrieta presentó un proyecto de resolución en el que solicita al Poder Ejecutivo la implementación de campañas de información para prevenir el cyberacoso sexual.En diálogo con El Territorio, Iturrieta manifestó que es una preocupación no sólo en nuestro país, generar campañas de concientización para los padres respecto a ciertos recaudos que deben tener en el libre uso de Internet.Por ello, presentaron un plan en el que se destacan algunas pautas para prevenir el cyberacoso.Entre esas pautas está ubicar la computadora en un lugar de tránsito y advertir a los niños para que no abran archivos desconocidos, llamados comúnmente “spam”.Pero “lo fundamental es que los padres estén en conocimiento de cuál es la actividad que tienen los chicos y de interiorizarse en las nuevas tecnologías”, remarcó Iturrieta.Asimismo, el legislador expresó que en países como España, Australia y Alemania, el grooming es un delito legislado, “por lo que teniendo en cuenta que es un hecho que va en aumento es necesario que el Código Penal de nuestro país cubra de alguna manera ese vacío”.Por ello, han presentado un proyecto de reforma del capítulo tres del Código Penal en el que se describe al delito contra la integridad sexual.Destacó también que en nuestro país se han registrado varios casos, sin embargo “no se dan a publicidad porque no están encuadrados como delito”, concluyó el diputado nacional.

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